El sexo es uno de los aspectos más curiosos de la vida, no por lo que es en sí mismo sino por cómo lo contempla la sociedad: por un lado, se trata de un tema tabú, pero por otro, todo el mundo habla de él constantemente. Lo cierto es que, cuando llegamos a cierta edad, el sexo pasa a formar parte intrínseca de nuestra vida, y me aventuraría a decir que incluso antes de practicarlo o de experimentar por nuestra cuenta. Vivimos en una sociedad hipersexualizada, pero la desinformación con respecto al sexo es absurda. Aunque estamos ganando poco a poco la batalla, todavía hay muchos puritanos que consideran el sexo algo de lo que no hay que hablar bajo ninguna circunstancia, y mucho menos a menores de edad, pero está claro que la desinformación con respecto a algo tan importante puede acabar arruinándole la vida a mucha gente, y esta carencia de educación sexual de calidad llega a resultar desesperante.
A día hoy, la mayoría de las personas siguen teniendo muy poca idea del amplio espectro sexual que existe. Muchos adquieren todo lo que creen necesitar saber con respecto al sexo a través de la pornografía o de información poco fiable que extraen de Internet, y eso depara en experiencias sexuales relativamente desagradables. Recibir educación sexual de la pornografía crea en la sociedad unos estereotipos erróneos, tales como que la relación acaba cuando lo hace el hombre, y que las mujeres únicamente tienen orgasmos de manera vaginal. Y no solo eso, en la pornografía se muestran muchas prácticas sexuales que, en la vida real, pueden resultar no solo nada satisfactorias sino incluso peligrosas.
Si has llegado hasta aquí, es porque estás buscando la manera de mejorar tus relaciones. Querer mejorarlas no significa que sean malas, significa que sabes que puedes sacar de ellas más de lo que estás sacando, y que quieres explorar tanto tu sexualidad como la de tu pareja. Si, como la mayoría de las personas, tu educación sexual es limitada y solo conoces lo que has podido ver en Internet o en la televisión, voy a ofrecerte una guía para que puedas disfrutar del sexo de manera segura, sin recurrir a trucos cinematográficos que no salen bien y sin poner en riesgo tu salud o tu integridad física.
Cómo mejorar las relaciones sexuales de manera segura
Mejorar las relaciones sexuales implica necesariamente romper con la rutina. Eso quiere decir que tendrás que empezar a probar cosas nuevas, porque no pueden esperarse resultandos distintos si siempre hacemos lo mismo. Algo que de un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda, y que hasta la fecha no parece haber decepcionado a nadie, es la inclusión de juguetes sexuales durante las relaciones. Contrariamente a lo que piensan muchos, los juguetes sexuales no sirven únicamente para la masturbación individual, sino que son un complemento perfecto para disfrutar en pareja. Diversual.com cuenta con un catálogo bastante amplio de este tipo de juguetes, pero ofrece también juegos de mesa, dados eróticos o incluso disfraces.
Experimentar con los juegos de rol también puede ser una actividad muy excitante. Recurrir a disfraces y plantear roles es una forma muy original de romper con la rutina, y jugar un papel que te ayude a liberarte mejorará mucho tus relaciones sexuales. Si te sientes lo bastante a gusto con tu pareja, un juego de rol de este tipo puede ser tu mejor opción para reavivar la llama. Es importante, no obstante, dejar claros los límites, ya que en este tipo de roles se pueden poner en práctica posturas con las que tal vez no te sientas del todo cómoda. Experimentar con todo lo que nos ofrece el sexo es una manera de conocernos a nosotros mismos, pero no todas las actividades sexuales van a gustarnos, y no tienen por qué hacerlo.
Por otro lado, y ya desde un punto de vista mucho más sencillo y básico, un elemento clave para conseguir relaciones más satisfactorias es recurrir al lubricante. Hay muchos tipos de lubricantes y cada uno de ellos puede aportarte cosas distintas, desde sabores hasta efectos de frío o calor para intensificar la relación. Siempre es recomendable utilizarlos, aunque debes informarte sobre la sensibilidad de tu zona y hacerte con los que mejor se adapten a ti y a tu tipo de piel, ya que los de solución acuosa pueden ser hipoalergénicos.
La clave para mantener mejores relaciones sexuales de manera segura es conocerse a uno mismo y poner de nuestra parte para que nuestra pareja también lo haga. Todo lo demás es cuestión de experimentación y dejarse llevar.