La higiene íntima es un gesto de confort diario y de prevención de ciertas patologías, siendo las más graves las infecciones. Por lo tanto, el desafío consiste en encontrar un equilibrio entre las precauciones excesivas y una cierta laxitud, que pueden dar lugar a inconvenientes íntimos.
¿Por qué es importante tener una buena higiene personal?
Además de la sensación de comodidad, la higiene íntima juega un papel importante en la prevención de infecciones, especialmente a través de la preservación de la flora vaginal.
La flora vaginal está compuesta de lactobacilos, las bacterias presentes de forma natural en la vagina, que impiden el crecimiento de los gérmenes al crear una barrera protectora en la mucosa íntima. Cuando está desequilibrado, debido a malos hábitos de higiene o durante ciertos períodos (menopausia por ejemplo), el número de lactobacilos disminuye, dejando la posibilidad de que los gérmenes se multipliquen dentro de la vagina.
Por lo tanto, desde una edad temprana, es importante preocuparse por su higiene íntima aprendiendo las acciones adecuadas para preservarla.
¿Cómo hacer su higiene íntima diaria?
En primer lugar, debemos hacer un balance de una idea preconcebida: no basta con limpiarse con agua para tener una buena higiene íntima. Altera la película hidrolipídica de la piel, que evita la evaporación del agua, lo que provoca la deshidratación de la vulva. Lo recomendable es el uso de una barra dermatológica (jabón sin jabón) o geles de limpieza íntima. Su fórmula, adaptada a la sensibilidad de la piel, respeta su hidratación natural y conserva su confort diario.
Los llamados geles de ducha “clásicos” deben evitarse, especialmente si sufre de molestias como infecciones micóticas o sequedad vaginal. ¿Y el jabón de Marsella? ¡Totalmente desaconsejado! Es demasiado agresivo y deshidratante para la zona íntima.
Las toallitas íntimas se pueden utilizar de vez en cuando: para sentirse fresco durante el día, antes de una cita con el ginecólogo, después de los deportes, durante la menstruación… En ningún caso deben sustituir un inodoro íntimo hecho con productos adaptados y recomendados.
“Los desodorantes íntimos pueden causar alergias y pueden enmascarar un olor que puede ser un síntoma de una patología”, nos dicen desde el portal especializado Bepretty.online. Por lo tanto, no se recomienda su uso para estar siempre alerta a cualquier inconveniente íntimo. En caso de olores inusuales, se recomienda una consulta con un médico para identificar y tratar la causa.
Otra precaución a tomar: jabón de adelante hacia atrás (como después de usar el baño), para evitar la propagación de bacterias del ano a la vagina. Este procedimiento previene la cistitis en particular.
Finalmente, el área se seca con una toalla de algodón, con ligeros golpecitos.
Recomendaciones especiales de higiene íntima
Higiene íntima durante la menstruación: durante este corto período, que no suele durar más de una semana, puede lavarse por la mañana y por la noche, o incluso más si el flujo es alto, utilizando toallitas especialmente diseñadas para la higiene íntima. Sin embargo, cuidado de usar productos altamente hidratantes, ya que la vulva está muy seca durante este período debido a una disminución significativa de las hormonas y al uso prolongado de protección higiénica.
Durante el embarazo: Durante el embarazo la flora vaginal de la mujer está muy tensa y la irritación es frecuente. La concentración de hormonas es alta, lo que estimula la producción de glucógeno, un azúcar que puede promover el desarrollo de Candida albicans, una levadura responsable de las infecciones fúngicas vulvovaginales. Por lo tanto, es preferible un tratamiento suave e hipoalergénico.
Limpieza íntima de las mujeres con menpausia: la disminución de las hormonas durante la menopausia conduce a una sequedad vaginal severa. De hecho, la vagina y la vulva ya no se benefician de las hormonas femeninas. Opta por productos especialmente diseñados para combatir esta desecación.
Limpieza íntima antes/después de la relación sexual: no es necesario “fregar” antes de cada relación sexual. Un nivel mínimo de higiene debe ser respetado por parte de ambos miembros de la pareja. A las mujeres con cistitis y otras infecciones recurrentes del tracto urinario todavía se les aconseja orinar antes y después de cada relación sexual con penetración vaginal para protegerse de posibles gérmenes. Para otros, no hay necesidad de precipitarse en la ducha al final de un informe.